jueves, 6 de octubre de 2016

ESPECIAL-MÚSICOS: ¿qué problemas bucales específicos pueden presentar?


"Creo en el ángel de la poesía 

Y en las canciones comprometidas " (TERESA PARODI)

Ya que se acerca el fin de semana y soy una confesa melómana (amante de la música), tenía que en algún momento escribir un post dedicado a mis pacientes y amigos que se dedican a este bello arte como es la música.  Hoy vamos a hablar de los problemas que pueden sufrir los músicos y que tienen relación con la salud oral; estos problemas son denominados tecnopatías del músico, y se presentan con mas frecuencia entre aquellos que interpretan  instrumentos de viento y ciertos instrumentos de cuerda como el violín y la viola.
Estos emplean muchos años y horas de ensayo donde los movimientos repetidos, posturas forzadas y las fuerzas generadas, suelen sobrepasar la capacidad de adaptación funcional de la articulación temporomandibular (entre el cráneo y la mandíbula) provocando dolor que se irradia con frecuencia  a la  cabeza, oídos y cuello. Además el roce continuado y pequeños golpes  pueden provocar en los dientes síntomas como dolor, microfracturas, cambios degenerativos, movilidad, desgaste, problemas endodónticos, además de lesiones de tejido blandos.

Existen dos familias en los instrumentos de viento: instrumentos de viento- metal y los instrumentos de viento-madera,  y se diferencian por cómo se produce el sonido; se ha comprobado que cuando el músico presenta condiciones bucales no deseadas le cuesta mas que a otros músicos lograr ciertos tonos con el instrumento. En los instrumentos de viento-madera, la boquilla se coloca entre los labios. Y en los instrumentos de metal tienen una boquilla que se coloca contra los labios,  para producir la vibración responsable del sonido.

La elección del instrumento de viento en el joven que inicia su carrera musical, es un paso muy importante porque cada tipo de embocadura produce un efecto diferente que influirá en la forma de la boca. La interpretación de instrumentos de viento puede afectar gravemente la oclusión dentaria,  ya que sólo se requiere menos de 100grs de presión para mover  los dientes y se ha logrado medir la fuerza con que se apoyan estos instrumentos sobre los tejidos orales, alcanzando algunos de ellos los 500 gramos de presión. 

 


Por ejemplo el saxofón y el clarinete cuya boquilla de acrílico se ubica entre los incisivos superiores e inferiores, incrementa el espacio entre ellos significativamente ocasionando resalte y traumas que provocaban muerte pulpar y por consiguiente requerían procesos endodónticos;  otro problema son las lesiones de labios inferiores debido a que tiene que cubrir los incisivos inferiores hacia lingual de tal manera que la boquilla ejerce una presión produciendo dolor, ulceración o hiperpigmentación.

Al insuflar aire en la boquilla trabajan hasta 12 músculos de la boca y la sobrecarga muscular da lugar a la aparición de dolor en la musculatura masticatoria incluso cervical, pudiendo ser un factor de riesgo adicional para producir los desórdenes articulares, a lo que se suma el estrés en la búsqueda de la perfección técnica.








  insuflar- contacto labial

Por otro lado durante la interpretación de instrumentos de cuerda como el violín y la viola la ubicación del instrumento entre el mentón y el hombro izquierdo y la presión ejercida para mantenerlo en posición,  requiere de una actividad muscular mandibular y cráneo cervical sostenida que sobre pasa la función fisiológica normal y la consideran un tipo de actividad parafuncional generadora de patología cráneo cervical y temporo mandibular  produciendo rigidez en el cuello, cefaleas,  y dolor en la zona articular ocasionando mayoritariamente limitación del movimiento mandibular y desviación de la apertura bucal hacia la derecha.




Es muy importante entender la importancia de la relación entre el instrumento, el músico y las estructuras bucales del mismo para que se pueda dar una orientación adecuada y lograr una mejora de salud sin afectar la interpretación del instrumento musical que acompaña al expertise. Como enfoques terapéuticos a los problemas antes  mencionados, proponemos el uso de férulas miorelajantes, realización de ejercicios durante el aprendizaje técnico, fisioterapia, quiropráctica e incluso tratamientos de ortodoncia. Lo recomendable es que el odontólogo revise al músico y aconseje si es necesario cambiar el instrumento o cambiar la embocadura para no empeorar la mordida. Y si todavía no se ha elegido el instrumento, ese es el momento ideal para consultar con un dentista, que sepa de este tema, y que según la situación oral, recomendará el tipo de embocadura más favorable.

Ya vemos  que como en todo, es mejor prevenir, para así anticiparnos en la aparición de estos problemas y más cuando de ello depende el poder seguir disfrutando de la magia de la música.







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